lunes, 11 de marzo de 2013

SAN BERNARDO


Existen ciertas dudas de cómo y cuando apareció la raza de San Bernardo, su origen se remota de forma segura a los antiguos perros romanos conocidos como molosos. Estos perros fueron llevados a Suiza por los ejércitos romanos durante los dos primeros siglos de nuestra era. La raza procede de los griegos habiendo sido llevados desde su patria por Alejandro Magno.
En esta época existían dos tipos de molosos: los de lliria y los de Babilonia. Sobre todo fueron perros de guerra para la vigilancia, pero también servían como perros pastores, de tiro y de búsqueda y rescate.

De acuerdo con los historiadores de la raza, Bernardo de Mentón fue una de las primeras personas en introducir esta raza en el hospicio.
En 1660 los monjes que trabajan fuera de los monasterios de la comarca utilizaban el San Bernardo como perro de protección.
Un gran admirador del San Bernardo fue Napoleón Bonaparte. A principios del siglo XIX, ayudó a financiar varios hospicios que más tarde servirían de refugio para muchos miembros de la realeza. Este perro fue conocido a nivel mundial y fue responsable de la salvación de 2000 vidas.
Los monjes los criaron también para recatar a viajeros de la niebla y de la nieve.

El San Bernardo es alto, ancho, pesado y de huesos duros. Los ojos tienen una expresión benevolente. Esta raza tiene el cuello muy musculoso, la papada muy marcada y una espalda ancha y firme. Existen dos variedades de San Bernardo: los de pelo liso y los de pelo duro y largo.
Es un perro de enorme fuerza y puedo ser educado en el interior del hogar. Tienden a babear y necesitan espacio. Es conveniente que haga ejercicio ya que a su elevado tamaño es un animal que come mucho.
En especial es bueno tenerlo aseado la boca y los ojos, y cepillarlo a diario.




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